viernes, 23 de febrero de 2018

Peces del Danubio


Sí, esta mañana invernal es fría pero soleada en Belgrado. En mi tierra, mediterránea y española, si hace sol, aun en invierno, el frío escampa, por mucho que quiera imponerse. Aquí, por contra, el sol de febrero es tímido y mitiga el rigor pero no lo cesa.
Emprendo el paseo matutino desde mi barrio, el Dorcol, hasta el centro de Belgrado, muy cerca del Instituto Cervantes, donde los bouquinistes  exponen sus títulos, con ganas de vender. Me conocen, claro, y bastante, pues les visito asiduamente, les respeto sus terrenos, escrupulosamente, y, muy importante: les compro. Confieso que, probablemente títulos que jamás leeré, por estar en lenguas que me son ajenas, pero que me gusta poseer como objetos hermosos, o documentos de archivo. Al fin, tampoco es vicio malo eso de comprar libros, y aunque parezca mentira, me desenvuelvo bien entre líneas aunque estén en cirílico, en gótico o en árabe, siempre aprende uno cosas, aunque sea reconocer la ignorancia de tantas otras. Sí, Dios nos otorga dones, y a mí, creo, me otorgó el de reconocer en los textos su valor por contacto, de forma casi inmediata, y sin razón aparente alguna, o al menos eso creo yo. Sea como fuere, los libreros, al caso de mis gustos, me ofrecen obras predominantemente de ciencias, si las poseen. No siempre sucede el caso, por ser sus puestos modestos, encaminados a otros géneros, menesteres y temáticas,  digamos menos rigoristas, pero alguna vez hay suerte y hoy ha sido el caso.
Vi, casi de inmediato en un anaquel del puesto, con asombro, por la bonita encuadernación, no frecuente insisto, un volumen en cuarta, en media piel con florones dorados, casi gofrados, en el lomo, muy elegante, fatigado,compuesto en alemán, cuyo título abreviado en letras latinas, sin tejuelo: süsswasserfische, me acicató. Mas cuando el nombre de los autores, me sonaba vagamente, Heckel y Kner. Sería falso no declarar, que confundí Heckel con Haeckel, acertando en Kner, al que recordaba de las taxonomías biológicas, citado como abreviación, en autoridad, y que mi primer asombro , al abrir el volumen fue ver que había acertado en suponer el libro de temática ictiológica, pues, en efecto era un tratado sobre los peces de aguas dulces de la monarquía austrohúngara, según ponía en la portada, que además fechaba en 1857 la estampa, en Leipzig. Excelentes grabados en madera, (dos centenares), de cada especie descrita, que no son pocas, ya se ve, entre las que destaco :Lucioperca Cuv.  , Anguilla Ag. , Petromyzon L., y Sturiones, no por razones académicas, mas bien por razones gastronómicas, pues estos peces pueden convertirse en excelentes pescados, aunque eso es otro cantar, para otro escrito tal vez. A lo nuestro: tras el regateo, que es condición necesaria, llegó la compra. Lo adquirí con el convencimiento de que se trataba de una obra importante, y lo era.
Si hubiese estado en mi biblioteca, hubiese interrogado  a mi Espasa para saber de los autores, pero estando lejos de ella, no ignorarán ustedes, el tremendo sacrificio que ello supone, busqué, con acierto, en mi ordenador. 
Supe al rato que Rudolf Kner fue un zoólogo austríaco, nacido en Linz  en 1810 que después de estudiar medicina trabajó en el museo de Historia Natural de Vienna, predominando su interés por la geología, la paleontología, y la ictiología.  Johann Heckel, nacido en 1790 en Mannheim, taxidermista y zoólogo trabajó con él en Viena, y en el mismo año de su fallecimiento, 1857, se publicó la obra que nos ocupa, que sabemos colaboración con el profesor Kner. Die Süßwasserfische der österreichischen Monarchie, mit Rücksicht auf die angränzenden Länder bearbeitet, es una obra básicamente de zoología ictiológica descriptiva, muy bien documentada, que es bibliográficamente valorada en grado importante. La topografía marco para el estudio, las aguas dulces de los ríos de la monarquía austrohúngara, aporta un toque histórico geográfico interesante, por ser una demarcación política extinta, que rememora ecos de pasadas glorias, batallas, y conquistas. Poesía, ciencia, y nostalgia.






2 comentarios:

  1. ¡De vueltas a tu propia casa! Siempre son buenos los paseos David. ¡Que Dios te siga dando Dones y que sigas siendo feliz con tus experimentos!. Saludos. Teresa.

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  2. Gracias por tus comentarios.Te extrañaba Teresa.

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