martes, 20 de febrero de 2018

Colmenillas en Belgrado


Resultado de imagen de BELGRADO TRANVIAReconozco que fue grande mi sorpresa, cuando la casual avería de un tranvía, el de circunvalación, para más señas, nos apeó sin disculpas después de un tremendo sobresalto que derribó casi a la mitad del pasaje de a pie. El otro, o sea, el sentado, entre el cual por fortuna me encontraba, un poco a destiempo se percató del suceso instantes más tarde. Es normal tal cosa cuando la máquina es vieja, está cansada, y de normal cimbrea, rebufa, se queja, y chirría, y si no brinca y patalea, no es por falta de ganas, es por falta de posibilidades, pues tal cosa requiere atributos de albedrío y naturaleza, del que las máquinas carecen. Se comprenderá pues, que un crujido seco y estridente, en medio de la normal cacofonía ni inquiete, ni parezca tanto, aunque esta vez, si lo fue, en tanto que el cacharro , o sea, el tranvía número 2, decidió finalizar el trayecto cerca de la facultad de ingeniería electrotécnica, a mitad de su recorrido, entre quejas y disgustos de su pasaje contrariado y a un paso de uno de los mercados belgradenses más concurrido, en sábado, más todavía, y estando la hora idónea para la visita, o sea, en torno al mediodía, decidí pues acercarme a ver si entre baratijas, y papeles encontraba una justificación al suceso. Reconozco mi falta de disciplina académica , pues tal atribución supuesta (la existencia de una intención) no deja de ser, si se quiere, gratuita, y supersticiosa, pero tengo para mí tal convencimiento de que estas cosas me suceden, que las doy por hechos y validadas por demostración empírica. Será  acaso mi Ángel de la Guarda, que no cesa en su empeño, siempre dispuesto a alegrarme las penas, y sacarme de atolladeros, o el destino,  no lo sé. Mas volvamos al caso: fui al mercado, con la firme convicción de que encontraría algo que justificase el brete, y como era de esperar lo encontré.

      




No explicaré aquí los detalles de todo el recorrido, por ser los naturales a un espacio corto, lleno de gente, que empuja, pasa, vuelve, gira, deambula y fuma, come, y sonríe con la premura o el sosiego que les conviene, sin adaptarse lo más mínimo a la conveniencia del vecino, que por su parte, hace lo propio. Las situaciones se resuelven en un orden de apariencia caótica, como en un movimiento browniano . A pesar de no hablar serbio, y usar el inglés por lengua, sin afición y sin gusto alguno por una lengua que cantada nunca me conmovió lo bastante, consigo relacionarme con casi todos los vendedores que traen y venden papeles. Uno de ellos, me proporcionó la justificación que intuía. Si uno viene de España, y cree que los libros son igual, más o menos, en todas partes, yerra. Las ediciones de cada país, en relación a sus fechas, son particulares. En Serbia, un libro de 1913 sobre un tema agrícola es mucho más raro que uno en Francia o en España de igual propósito en los mismos días. Así que cuando vi la portada de líneas Art Decó, sobre tela verde manzana, en perfecto estado, intuí por los cortes tintados en rojo, que se trataba de un libro técnico, pues el alfabeto cirílico, tan elegante en sus caracteres, me resulta de imposible lectura. En efecto lo era, técnico quiero decir, era un libro con excelentes grabados y fotograbados, sobre agricultura práctica. Lo compré por 200 dinares, que después de un regateo quedaron como elemento de trato, reduciendo el precio primero que era 3 o 4 veces más. Estoy tan hecho al regateo, que sin él no sé comprar, y no me satisface el precio fijo, pues me priva de la sorpresa y de la sensación de victoria que me impulsa a sentirme aunque sea un breve instante ganador. El librito, de 200 páginas poseía, era evidente, una excelente consistencia. Componían sus capítulos descripciones de fresas, coles, coliflores, nabos y otras verduras, cuyas representaciones me recordaban antiguas variedades que hace años desaparecieron de los mercados de mi tierra, víctimas del desarrollo de híbridos y de intereses, que nos han sumido en una colección de materias vegetales, aguadas, tan aparentes como insípidas, de excelentes colores céreos  y sin fundamento organoléptico alguno. 
Las verduras Serbias aún saben a verduras, de esto doy fe. Las del libro sabían más, era evidente, y de esto, perdónenme, no me ocupo más ahora, por no venir directamente al caso, y para no extenderme. 
El último capítulo se encabezaba por tres excelentes grabados de Morchella. El libro, es de agradecer, mantenía en Latín, los nombres científicos de las setas, que eran, Morchella conica, M. esculenta y  M. patula,  Intuí que daría instrucciones para su cultivo, y no erré. Las daba precisas. Me las tradujo mi esposa, que es serbia, que en excelente español, y con voz de caricia me leyó al atardecer. No quiero explicar, por ahora, los detalles del cultivo, pero sí mi satisfacción, pues tal cosa ni es frecuente, ni me la esperaba. Era el librito, obra pequeña en páginas, pero grande en intención, de soberbio autor,según me enteré después, pues fue el primer Doctor Agrónomo de Serbia, cuya nota biográfica doy al pie tomada en préstamo y en cirílico,  que explica  dónde nació y dónde murió, que fue un botánico eminente, preocupado en el desarrollo de la agricultura productiva de su Patria, y que como Mozart, descansa en tierra desconocida, pues sus restos están perdidos, cosa triste, creo yo. Un instituto agrícola lleva su nombre en la ciudad de Kraljevo. 
Las Colmenillas, esquivas, difíciles y sabrosas, son setas muy tímidas, fragantes y completas. No son del todo inocuas, pues poseen cierto veneno que solo un desecado previo a la cocción destruye. Nada es inocuo, y lo minúsculo puede ser soberbio, como las neuronas , las esporas o los gérmenes de la Voluntad...

КРАТКА БИОГРАФИЈА ДР ЂОРЂА РАДИЋА
Др Ђорђе Радић рођен је 22. априла 1839. године у Великом Бечкереку, а умро је у Краљеву августа 1922. године.
Др Ђорђе Радић положио је професорски испит 1864. године у Бечу, где је доктореирао 1867. године. Пропутовао је целу Европу, био је и у Јапану. Основао је српско пољопривредно друштво у Београду, затим  прву пољопривредну школу у Краљеву.
Професор Др ђорђе Радић је први Србин доктор агрономије.
Написаo је прекo педесет научних студија и књига из области пољопривреде.



Biografía breve  de  Dr. Djordje Radic
El Dr. Djordje Radic nació el 22 de abril de 1839 en Veliki Beckerek y murió en Kraljevo en agosto de 1922.
El Dr. Đorđe Radić aprobó el examen del profesor en Viena en 1864, donde completó su doctorado en 1867. Viajó por toda Europa, estuvo en Japón. Fundó la sociedad agrícola serbia en Belgrado, luego la primera escuela agrícola en Kraljevo.
El Profesor Dr. Đorđe Radić es el primer doctor serbio de agronomía.
Ha escrito más de cincuenta estudios científicos y libros en el campo de la agricultura.























































                                                                                                                         

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